martes, 2 de junio de 2009

Sólo una cosa es estimulante en el mundo. El contacto
con las potencias del espíritu.

Antonin Artaud

martes, 27 de enero de 2009


1

en una habitación cerrada
en compañia de las moscas

2

solo en la sombra
de los días blancos

3

la luz viene de los fosos

4

lo que fui en la noche
se oculta
en el silencio ocre de la piel

5

Frío de las paredes
cuando se apoyan en mí

6

espero por la dispersión de la luz
en un lugar marchito

7

todo lo que soy es
esta invención de mirar

8

el fulgor de las hojas
celebra el silencio apagado
de lo que muere

9

alumbra el vacío
el rumor de los vientres
que aturden la noche

10

llueve sobre mi sombra

tengo recuerdos de habitar
un vientre olvidado en el futuro

11

una mano de otro tiempo
me acaricia el rostro que tuve

12

palabras tendidas

puentes sobre lo indecible
en tierra arrasada

13

la vigilia hunde mi aliento
antes de que el sueño
quiebre la ficción del final

14

atravieso la sed
hacia el foso abierto de la aridez

15

comulgo en el camino
de los muertos en tránsito

16

el silencio más leve
cristaliza el quejido

de una garganta
astillada

17

abandonarse en el borde
de un abismo

inexistente

18

la distancia que me separa de mí
bordea los márgenes del desierto

19

el bozal del hambre
cierra el cerco
en torno de las tumbas

20

ausente de la luz
en lo que mi cuerpo tiene de oscuro

21

detiene la piedra la memoria de agua
de la última lluvia

22

inmóvil frente a un muro
hasta que de él broten flores

imposibles

23

roen los muertos
el límite velado del mundo

24

crecen soles secos
en las paredes de la nada

25

conozco los hilos
que vuelven ajeno
el tapiz que soy

26

ahogué en la noche
las voces
de los que ya murieron en mí

27

mi memoria
habla
una lengua extranjera

28

con la poesía me corto
delicadamente

una a una
las venas

30

camino a través del silencio ahogado
de los otros que me desdicen

31

ensaya un ruego por mí
cuando la arena acabe de cubrirme

32

el rostro ausente
consuma al alba
la inminencia del abandono

33

no escribo

son ademanes
del despojo

34

luz rescatada
en la cuenca de mis ojos

35

espero por lo que no ha de volver
en una pausa eterna

para siempre

36

me quedo a solas con el animal
que arrulla
inclemente
mi reposo salvaje

37

cuando despierto en el pequeño ataúd
del niño que fui
la luz se omite

tendenciosa

38

callo tentativas
como tumbas

39

más ásperas que el polvo
que me seca la boca
son esas ruinas
que no puedo decir

40

sólo escucho el sonido
de lo que viene a morir

en las playas silentes

como cadáveres hinchados
que devuelve el mar

41

poema silenciado
en la garganta

asfixia

42

nunca estuve tan solo
como cuando mutilé
la mano que me acariciaba

43

ser otro esta noche
en el sueño
o en la muerte

44

al otro lado del cristal
la mañana en fuga
hacia lo inalcanzable

45

el mismo fuego de siempre
me abrasa
como un extraño
en los lugares habituales

46

recibo el hielo en la sangre
callo
y me descubro mustio

47

todo lo que digo
huele
a lengua muerta

48

me demoro rumiando una piedra
en lo secreto de mi boca

49

sello el ataúd del olvido
a martillazos

suaves

50

el hueco del ojo silenciosa invitación
a la blancura ausente en el lugar

errante

51

salgo de la sima del mar

me lastima los ojos
la ceguera de la arena

52

un hambre repta
perpetuo
en el brillo de la noche

53

ser nadie en los días
petrificados

móviles

54

y la muerte la muerte la muerte

55

siento cada latido de mi pulso
que recorre la impaciencia de la espera

56

pleamar que asedia
cuando el tiempo está perdido

57

antes de dormir
me digo el paisaje del mundo

y la magnitud que clausuro
al cerrar los ojos

58

ni siquiera las paredes asisten inmóviles
a mis eclipses

59

desnudo consigo ocultarme
detrás del cristal negro

60

fiero batir de alas
de lo que callo

62

me suelto la mano
para abandonar al que fui
en la quietud

63

no estoy buscando a nadie
vine a perderme

64

mi cuerpo
un faro
que se hunde
en la penumbra

intermitente

65

un muro minado de exequias
atrás

dejo de recibir
noticias mías

66

me demoro en un último recogimiento
en un retorno extranjero a mí mismo

67

me rasgan la piel
distancias cerradas
bajo la noche

68

el silencio
deriva
entre mis dos orillas

69

lo que estremece
en esta galería de espejos
es la distancia que no separa

cerca

70

cierro los párpados
se enciende
el día

71

en lo profundo
sellada

futura
una soledad presente

72

el resplandor primero
del último día
eclipsa toda espera

73

se desliza bajo mi piel
una sangre ciega

la oscuridad me lame con su lengua
luminosa

74

me quema el último latido
las pupilas

75

después de la lluvia el manantial
me devuelve una cara lavada

76

cadáveres tejen
la lengua de los espejos

77

acaso los límites de esta sed
habiten entre sombras

mudos

78

roza lo intacto
la mano que nunca ha tocado nada

79

te llamo noche
y amanece

80

voy a visitar el lugar
donde alumbran los perros

81

horizonte en los ojos del desvío
donde naufraga la mirada

82

en el reverso de la hoja
busco
una voz desconocida

83

atardece con indeferencia

recuerdos
vestigios de futuro

84

silencio son las huellas que todavía
no están marcadas

85

paciencia

la mañana pronto nos va a cambiar
la piel

86

el impacto de la luz
ciega el espacio
entre las cosas

87

antes de que la muerte
se detenga
en el extremo de mis labios

88

desde un lugar remoto
te nombro

cercana

89

me recuesto
contra la noche

90

soy el que se va y permanece

el silencio que me ciega la boca
no se puede decir